Ni siquiera completó la segunda vuelta. Marco Simoncelli, de 24 años, falleció ayer, domingo, en el centro médico del circuito de Sepang por una parada cardíaca tras un terrible accidente. La carrera había arrancado bajo el tórrido calor que acostumbra a machacar esta zona tropical, Stoner se largaba con facilidad, le perseguían sus compañeros de equipo, Dovizioso y Pedrosa; Bautista buscaba hacerse un hueco entre los mejores peleando con él.
Perdió el control de su moto en la curva 11 del trazado de Sepang, un ángulo a la derecha de casi 90 grados; sujetó su moto, poco se sabe si por inercia o conscientemente, y ambos se deslizaron acompañando el lateral de los neumáticos. La mala fortuna le acompañó en la caída, una de tantas, pues tanto el piloto como la máquina se quedaron en mitad de aquella curva, en medio del asfalto. Solo eran los primeros giros, esos en los que la parrilla anda buscando su sitio, esos en los que la serpiente aún no se ha estirado y se acumulan las motos a cada giro. De modo que Colin Edwards y Valentino Rossi, quienes rodaban tras el italiano, se tropezaron con él y no pudieron evitar un impacto fatal sobre su cuerpo.
El piloto quedó tendido boca abajo a un costado del asfalto. Le había volado el casco, también como consecuencia del atropello. Los minutos siguientes, los de su agonía, fueron una pesadilla para los presentes, su padre, Paolo, o su novia, Kate, entre ellos, por la incertidumbre sobre su estado y la plena conciencia de que la situación era crítica. Fue atendido por una ambulancia inmediatamente en la zona en la que se produjo el accidente, al tiempo que se mostraba la bandera roja en la pista y el resto de pilotos enfilaban el camino de sus garajes. Se le practicó una primera reanimación porque había entrado en parada cardíaca, provocada esta por los fuertes impactos recibidos por las dos motos que se encontraron con él en plena pista.
Había recibido golpes tremendos en el cuello, la cabeza y el pecho. Poco después fue trasladado al centro médico. Allí, explicó el doctor Michele Macchiagodena, fue intubado y fue posible extraerle la sangre en su tórax. La carrera quedaba suspendida definitivamente mientras todo el cuerpo médico se volcaba en tratar de recuperar a Simoncelli, a quien intentaron reanimar durante los siguientes 45 minutos. "No fue posible hacer nada por él", añadió Macchiagodena.
DESCANSE EN PAZ, MARCO SIMONCELLI